martes, 17 de abril de 2007

Cuatro azules contra dos rojos

Carlos Alberto González G
Redacción deportiva
Crónica
Chía, abril de 2007


Con el corazón millonario

Cuatro azules contra dos rojos

El gran ballet azul venció 4 por 2 a Santa Fe en una edición más del derby capitalino.

El sábado 31 de marzo, se escribió otra obra llena de capítulos que son los recuerdos de seis amigos que desde hace más de 15 años, comparten el gusto por el fútbol pero a la misma vez difieren en colores y pasiones.

Título de la obra:

Cuatro azules por dos rojos

Personajes principales

Jorge Bonilla “Tron”, 22 años, hincha de Millonarios.
Nicolás Celis “Nico”, 22 años, hincha de Nacional, pero por llevarle la contraria a su padre que es hincha de Santa fe, apoyaba en el clásico a Millonarios.
Sebastián Cuesta “Gordo”, 23años, hincha de Millonarios.
Carlos González “Gabo”, 22 años, hincha de Millonarios.
Daniel Omaña “San”, 22 años, hincha de Santa fe.
Luis Torres “Diño”, 23 años, hincha de Santa fe.

Capítulo I:

Como buenos colombianos siempre hay apuesta.

Locación: Beer Station de la 116 con 15.

Son las 2 de la tarde y se encuentran esperando ha que se acerque la hora del partido mientras cada uno se toma un litro de cerveza. Después de las pláticas sobre el paseo a Melgar que tendrán al otro día, pasan a darle relevancia al cotejo futbolero.

San y Diño sienten tanta confianza en Santa fe que son los que proponen la apuesta. Ni cortos ni perezosos, Gordo y Gabo aceptan, pues confían en que el ballet azul saltará al Nemesio para dar un nuevo baile. Dos botellas de tequila “José Cuervo” han de ser el anhelado premio a la lealtad. Nico y Tron deciden no intervenir para dejar las cosas parejas en un dos a dos.

Siendo las 3:30 y con boleta en mano de occidental general que tenía un costo de 27 mil pesos, se dirigen en un Fiat Palio y en un Citroen ZX, ambos verdes, hacia el Nemesio Camacho El Campín, esperando que las filas no estén largas y que el acceso a la tribuna no sea demorado.

Capítulo II:

Lo que pasa en el Campín, se queda en el Campín.

Locación: Estadio “El Campín” de Bogotá.

El día se empieza a nublar como si la naturaleza quisiera preparar un ambiente propicio para que 22 gladiadores divididos en dos bandos, ingresen a la arena verde a combatir y hacer respetar sus colores. El rojo de la garra y el combate hasta el final y el azul de la elegancia y la unidad del trabajo en equipo.

La entrada al estadio sí fue larga y aburrida, el cántico de las barras ya se oía e incrementaban la ansiedad del ingreso. Diño y San entraban cantando mientras el resto guardaban mesura pues conocen más de fútbol y saben que las cosas se definen dentro del terreno de juego y que, en muchas ocasiones, el que celebra antes de tiempo se debe retirar “con el rabo entre las patas”.

Salen los equipos a la cancha y el clima arde en emoción. Los seis de pie para recibir a los jugadores; himno de Colombia, de Bogotá y que comience la fiesta del deporte más hermoso del mundo.

La amistad pasa a un segundo plano después del fútbol y las actitudes de cada uno de los personajes es diferente según sus características propias. Tron se para y se sienta cada vez que hay alguna situación de riesgo en cualquiera de los dos arcos, aplaude duro y constante para animar a Millos, y al parecer por su condición de arquero, reprocha a los jugadores como si estos en realidad le estuvieran escuchando. A Nico no le importa ni quien gane ni pierda, razón por la cual se dedica cuidadosamente a analizar el partido y a comentarlo con su padre por celular.

Daniel y Diño tienen una actitud bastante parecida, gritan al principio y quedan mudos después del tercer gol de Millonarios. Se escudan uno con el otro y no les importa ser ignorantes en el sentido en que no conocen la alineación de los leones, sólo a Leider Preciado y a Jairo Suárez. Achantados la mayoría del partido pues el expreso rojo se varó a mitad de camino.

El Gordo es un personaje bastante peculiar. Lo que no sabe se lo inventa sin importar que el resto sepa que esta equivocado. Guarda mesura pero explota con cánticos repentinos hacia sus amigos santafereños. Celebra con euforia y critica todas las acciones del árbitro al cual apoda como “proesor”. Gabo es más analítico y tranquilo, por eso se ubica al lado de Nicolás para debatir sobre los acontecimientos minuto a minuto. Esto no influye que en cuatro ocasiones se haya puesto de pie para abrazarse con sus dos compadres de escuadra.

De esta forma, se hace más fácil delimitar los momentos de alegría parea cada personaje. Tron, Nico, Gordo y Gabo, celebraron con los goles de paraguayo Villagra al minuto 17 y 42; con el de Erwin González al 1 del segundo tiempo y con el del cabezón Rodríguez faltando 15 minutos para el final del partido. Al final se le restregaban a Diño y a Daniel los cuatro goles que se habían llevado, haciendo un gesto con las manos del número en cuestión.

Al contrario, Diño y San celebraron en dos ocasiones, con el gol del empate de Anthony Tapia al minuto 20 del primer tiempo y con el gol de Leider al 19 del segundo tiempo que reavivaba las esperanzas cardenales. Lastimosamente no fue suficiente y debieron agachar la cabeza y aguantarse la burla de los tres hinchas del más veces campeón.

Capitulo III

¿Un balance del partido por favor?

Locación: Afueras del Nemesio.

Ante esta pregunta tan amplia y con múltiples respuestas, esto fue lo que contestaron los protagonistas.

Tron: “El equipo (Millonarios) se mostró sólido en defensa. Supieron sacar adelante las situaciones de peligro y Henao tapo muy bien. Me impresionaron las flechas que tenemos adelante. Este chino González me gusto mucho y por fin tenemos un delantero goleador”.

Nico: “Millonarios se merecía el partido porque fueron mejores en todo momento. Contundentes en la definición y firmes abajo. Prefiero que si uno de los dos equipos capitalinos tiene que entrar a los cuadrangulares, que otra vez sea Millonarios. A Santa fe no le veo nivel ni jerarquía”.

Gordo: “Permítame felicitarlo gabito por ser hincha del mejor equipo del mundo, que decisión tan buena ha tomado usted. Esto era pan comido desde el principio. El azul va de subida y el rojo que se hunda en la tabla.

Gabo: “Azul, pintado de azul. El equipo se vio compacto en sus líneas y me reconforta saber que se cometen cada vez menos errores. Creo que Juan Carlos Osorio va encontrando al equipo ideal. Además cada equipo que viene al campín esta saliendo goleado”.

San: “La banda Santafereña sigue siendo la mejor y no me importa el resultado. Fue pura suerte. El próximo clásico va a ser diferente. Doble o nada, doble o nada”.

Diño: “Que partido tan injusto, el resultado fue muy mentiroso. Además Leider les sigue clavando gol por partido. Y ya no me moleste más”.

Así termina una nueva aventura de estos seis amigos, el Fiat palio verde se retira para su casa con los dos hinchas de Santa fe, pues no quieren ir a comer porque saben que les espera una noche de burlas e insultos, mientras que el Citroen ZX se dirige hacia El Corral de la 116 con 19 en donde sus cuatro integrantes se disponen a comer una deliciosa hamburguesa.

En cuanto a las botellas de tequila, San y Diño deben llevarlas al paseo que se realizará desde el día domingo, para que sean consumidas en dicho evento.

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